Las tres partes que componen esta muestra confluyen en dos ideas centrales:  la visión de la configuración urbana como un organismo social dinámico, al cual el sujeto se expone y el escrutinio de los fenómenos urbanos y las relaciones tecnológico-sociales con el espacio; a lo que los artistas dicen:
“La ciudad es el eje que conduce nuestras reflexiones para abordar de formas diferentes los procesos de construcción del espacio urbano, su implantación como paisaje natural, su desarrollo, crecimiento y  transformación. A partir de esto magnificamos algunas ideas que nos sugiere este entorno ...”

 

 

 

 

 

Estudiantes tomando nota en la exposición.

 

 

 

   

 

Gilberto Esparza corporiza ciertas metástasis que llama, Cánceres de urbe, -anomalías visuales y funcionales-, reflexionando sobre el crecimiento compulsivo de la ciudad.  El cáncer urbano es una proliferación acelerada, desordenada y descontrolada de elementos de un sector, que invaden localmente y a distancia, otros elementos sanos del entorno.  Estas anomalías tomaron cuerpo a través de intervenciones en el espacio público documentadas fotográficamente, tales como un poste del alumbrado público que presenta una multiplicación excesiva de luminarias, la deformación de una línea blanca sobre el pavimento de una calle causada por el aumento exagerado de su longitud o el derrame de un pilote en una zona peatonal del centro de la ciudad.

 

 

 

 

  

 

Marcela Armas construye un Estanque de aceite quemado de automóvil, un elemento intrínsecamente urbano que hace referencia al objeto preponderante de nuestros tiempos y nuestros lugares. Un tanque circular de metal, lleno de este derivado del petróleo impregna el espacio de su olor, asoma en su pulcra y negra superficie la manija de una puerta de automóvil.  La obra surge a partir de una asociación de la ciudad con el concepto original de jardín, una parte de naturaleza racionalizada, modificada y controlada. El estanque en los jardines preserva el ciclo vital y el funcionamiento del ecosistema. El agua del estanque es al jardín lo que los petroquímicos son a la ciudad.

Posmoderno superior formó parte de una exposición llamada Memorias de un ex-peatón en colaboración con Marcela Armas y Gilberto Esparza, la invitación era un estencil listo para usarse en la ciudad.